viernes, 27 de noviembre de 2020

EFECTOS EN LA SALUD LIGADOS A LA FALTA O MAL SUEÑO

 

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Dra. Ibeth Sinmaleza M.

SALUD BIOSPICOSOCIAL


jueves, 26 de noviembre de 2020

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE DORMIR BIEN?

 


Mantener un ritmo natural de exposición a la luz solar y oscuridad en la noche es un componente esencial para dormir bien.

La importancia del sueño para nuestra salud es que cada órgano, incluso cada célula, tiene su propio reloj biológico “relojes celulares” que trabajan en conjunto para controlar y mantener la homeostasia biológica, lo cual regula todo, desde el metabolismo hasta el funcionamiento psicológico. En nuestro cerebro existe un “reloj maestro” que sincroniza estos relojes y sus funciones corporales para encajar con el ciclo de 24 horas de luz y oscuridad.

Para mantener saludable a este reloj maestro, es importante obtener suficiente exposición a la luz brillante durante el día. Los primeros 30 a 60 minutos de exposición a la luz exterior durante la mañana o el medio día crea alrededor del 80% del movimiento en su ciclo, es decir un ritmo circadiano saludable.

Cuando el ritmo circadiano se encuentra alterado por no dormir lo suficiente las consecuencias se reflejan con función inmunológica debilitada, aumento de la presión sanguínea, infartos, enfermedades cardiovasculares, alteración de las hormonas del hambre y de la glucosa sanguínea, incremento de la expresión de genes asociados con la inflamación, osteoporosis, diabetes, obesidad, cáncer, estrés, etc.

Dormir menos de seis horas altera su función cognitiva, su memoria y la habilidad de aprender cosas nuevas, también ralentiza su tiempo de reacción, lo cual eleva el riesgo de accidentes de tránsito y en el trabajo, menor desempeño atlético, mayor susceptibilidad a las ulceras estomacales, función sexual afectada, menor regulación de las emociones y la percepción emocional, mayor riesgo de depresión y ansiedad, estrés postraumático, esquizofrenia, suicidios y envejecimiento prematuro.

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Dra. Ibeth Sinmaleza M.

         SALUD BIOSPICOSOCIAL

EL AZÚCAR - ENGORDA

 


Se denomina SACAROSA a la también llamada azúcar de mesa (blanco o moreno). La sacarosa es un disacárido formado por una molécula de glucosa y una de fructosa que se obtiene principalmente de la caña de azúcar o la remolacha, entre otros, estos alimentos naturales que no son manipulados por las industrias contienen fibra, vitaminas y minerales que son indispensables para nuestra salud, pero al ser procesados estos últimos disminuyen o son destruidos. En alimentos industrializados el porcentaje de azúcar “SACAROSA PURA” puede llegar al 95% -80%. La OMS recomienda que el azúcar no supere el 10% de las calorías diarias consumidas.

El azúcar de mesa blanco o moreno, es un carbohidrato simple refinado y procesado/ultraprocesados “sacarosa pura”, que rápidamente alcanza el torrente sanguíneo en forma de glucosa o energía altamente disponible, provocando una brusca elevación de la glucosa en la sangre y junto a esta la liberación de insulina en grandes cantidades, estimulando el almacenamiento de grasas que con el tiempo se trasforma con un sobrepeso u obesidad, relacionado con la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares, como también con problemas gastrointestinales y caries dentales.

El proceso por el que el azúcar se transforma en grasa se llama novo lipogénesis y hace que los cerdos que solo se alimentan de cereales generen grasa y engorden. De esta misma forma, cuando los seres humanos nos nutrimos y consumimos azucares se da un proceso en el hígado que transforma la glucosa en grasa.

El azúcar si engorda, aunque no se convierta directamente en grasa, si lo hace de forma indirecta. El exceso de carbohidratos simples refinados “azúcar” tiene un efecto doble, dispara el nivel de insulina y produce una pausa en la oxidación de la grasa.

No es lo mismo el azúcar de las frutas que el de los productos procesados. Las frutas contienen fibra y los productos procesados tienen azucares libres los mismos que afectan drásticamente a nuestra salud.

Cada gramo de carbohidratos tiene aproximadamente 4 calorías. Una cucharada de té de azúcar tiene cerca de 5 gramos de carbohidratos o 20 calorías. Una cucharada de azúcar tiene cerca de 15 gramos de carbohidratos o 60 calorías. La Organización Mundial de la Salud  ha recomendado a los adultos con un indice de masa corporal normal (18,5 a 24,9) reducir el consumo de azúcar al 5%  de la ingesta calórica diaria, equivalente a unos 25 gramos al día. 

¿Qué engorda más el azúcar o la grasa?

Normalmente, los alimentos ricos sólo en grasa nos permiten la autorregulación del apetito; por ejemplo, sólo se puede comer una cierta cantidad de mantequilla pura; el cuerpo no tarda en decir «aj», se siente saciado y uno deja de comer.

Pero cuando la grasa va combinada con un carbohidrato muy glucémico, se puede continuar comiendo hasta mucho después de lo que normalmente uno se sentiría saciado.

La grasa sabe mejor combinada con el carbohidrato que sola (sobre todo si a la mezcla se le añade sal y azúcar); por lo tanto, uno come más.

Pero el carbohidrato de alto índice glucémico también engaña al cuerpo haciéndolo creer que continúa con hambre.

Cuando comemos un donut, por ejemplo, los carbohidratos muy glucémicos suben rápidamente el nivel de insulina en la sangre; al mismo tiempo tiende a bajar el nivel de una hormona llamada «glucagón». Estos cambios químicos producen una cascada de efectos que pueden dañar el metabolismo al limitar el acceso del cuerpo a sus dos principales combustibles metabólicos: la grasa y la glucosa. La otra consecuencia importante de estos cambios químicos es la hipoglucemia, es decir bajo nivel de azúcar en la sangre lo cual paradójicamente estimula el apetito, provocando hambre, aunque uno haya recién terminado de comer.

Estos alimentos ricos en grasa y en carbohidratos de elevado índice glucémico perpetúan un círculo vicioso de sentir hambre, comer y nunca sentirse satisfecho. Producen excesivas subidas en los niveles de azúcar e insulina en la sangre y favorecen un rápido aumento de peso.

Lo contrario sucede cuando ingerimos bajos niveles de carbohidratos simples refinados “azúcar” estamos produciendo menos insulina y de esta manera impedimos los altibajos del nivel de azúcar en la sangre, lo que conlleva a que una persona coma menos y baje de peso.

Es la reducción del total de calorías (consumo de los carbohidratos simples refinados) la que baja los niveles de colesterol total, el nivel de lipoproteínas de baja densidad (colesterol malo LDL), causa la disminución de los triglicéridos en sangre y aumento del colesterol bueno (HDL lipoproteínas de alta densidad).

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Dra. Ibeth Sinmaleza M.

SALUD BIOSPICOSOCIAL


miércoles, 25 de noviembre de 2020

HORAS DE SUEÑO NECESARIAS PARA UNA BUENA SALUD

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Dra. Ibeth Sinmaleza M.

SALUD BIOSPICOSOCIAL

 

 

martes, 24 de noviembre de 2020

IMPORTANCIA DE LAS INMUNOGLOBULINAS

 


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SALUD BIOSPICOSOCIAL

 



sábado, 14 de noviembre de 2020

EL PERÍMETRO DE CINTURA COMO INDICE DE OBESIDAD

 


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Dra. Ibeth Sinmaleza M.

SALUD BIOSPICOSOCIAL


martes, 10 de noviembre de 2020

ALTERNATIVAS SALUDABLES DE LA SAL REFINADA O DE MESA

 


Dejar de consumir sal refinada o de mesa de forma crucial provocaría en nosotros una experiencia traumática por el mismo hecho de ser “adictos” ya que  sentiríamos un sabor insípido y desagradable de los alimentos, pero de forma paulatina podemos reducir el consumo de sal hecho que duraría aproximadamente dos semanas, al reducir su consumo y mejor aún eliminándola de nuestra dieta obtendríamos importantes beneficios en nuestra salud como : reducir enfermedades (hipertensión arterial, osteoporosis, cálculos renales, cálculos biliares, artritis, etc.); no habrá inflamación; reduce la deshidratación celular “por ende muerte celular”; pierdes peso y sientes sabores.

También otros productos son capaces de dar sabor a la comida sin que los platos queden desabridos.

Algunos de ellos son:

  1. El ajo en polvo, picado o asado, su sabor deja un gusto a las comidas sin necesidad de usar sal.
  2. La cebolla es uno de los alimentos más utilizados en cocina y, aunque muy pocos lo saben, es una opción saludable como sustituto de la sal. 
  3. La salsa de soja es un sazonador que sustituye por completo la sal, con un pequeño chorro basta para darle un toque de sabor a los platos sin necesidad de utilizar sal.
  4. Las hierbas aromáticas o especias contribuyen a darle otro toque a las comidas:


a.       El orégano es un buen sustituto en carnes asadas, pollo, hortslizas, legumbres, salsas

b.      La salvia para cerdo, cordero, pescados, lácteos, ensaladas y escabeches.

c.       El azafrán para hortalizas, arroz, cazuelas, pollo y paellas.

d.      El Clavo de olor para carnes rojas, frutas y verduras.

e.       La Vainilla para la pasteleria, bebidas y reposteria.

f.        El Romero ideal ára eñ cordero, lechon, pollo, legumbres, pan.

g.      EL Laurel ideal para estofados, salsas, adobos, vinagrietas y escabeches.

h.      El Estragón va con crema, jamón o carnes, asi como ensaladas verdes.

i.        El Jengibre para carnes y arroz.

j.        El Ají molido para carnes, hortalizas, rellemos y guisos.

k.      El Pimentón para salsas, guisos y carnes.

l.      La Albahaca va bien con ajo, tomate, muzarella y aceite de oliva; se puede usar en sopas, pastas, verduras y ensaladas.

m.    El tomillo es perfecto para pescados, verduras, legumbres y para vinagretas.

n.      El cilantro y el perejil (combina bien con el ajo y aceite de oliva) son hierbas con olores mucho más frescos que dan un buen sabor a las comidas.

Existen más sustitutos para la sal en cocina, pero su sabor es mucho más personal y no es agradable o del gusto de todos los comensales. Entre ellos están la albahaca, el jengibre o el comino, productos más selectos para platos más específicos.

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Dra. Ibeth Sinmaleza M.

SALUD BIOSPICOSOCIAL


domingo, 8 de noviembre de 2020

TRANSPORTADORES DE GLUCOSA

 


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Dra. Ibeth Sinmaleza M.

SALUD BIOSPICOSOCIAL


jueves, 5 de noviembre de 2020

LA FANTÁSTICA SAL CRISTALINA

 


La sal cristalina natural es la única roca comestible, que procede tanto del mar primario (que se evaporó hace millones de años) como de las montañas y contiene los 84 elementos que compone el cuerpo humano en su proporción exacta y cuyas frecuencias no han sido modificadas (manipulación industrial), porque pertenecen a la estructura geométrica natural, esto nos permite conseguir de ella energía vital.

Poca gente sabe que la composición de la sangre que fluye por más de los 90.000 kilómetros de nuestras venas, arterias y capilares es idéntica al agua salina del “mar primario”, hasta el punto de que son muchos los investigadores que vienen denunciando desde hace décadas que en lugar de transfusiones de sangre (acción que conlleva hoy tantos riesgos) se puede introducir en el enfermo que lo requiere, agua de mar purificada en lugar de sangre ajena; claro que esto no lo permitirá el “negocio” actual que se hace con sangre humana.

La sal cristalina contiene los 84 elementos que se encuentran en nuestro organismo: calcio, aluminio, azufre, arsénico , bario, boro, bromo, carbono, cesio, cobalto, estroncio, magnesio, potasio, sodio, flúor, fósforo, hierro, litio, manganeso, mercurio, molibdeno, níquel, nitrógeno, oro, plata, paladio, radio, rubidio, selenio, silicio, torio, uranio, vanadio, yodo, titaneo, zinc, etc; con ayuda de estos elementos esenciales nuestras células encuentran el camino de regreso a un estado curativo primitivo lleno de energía.

Tenemos un problema en la actualidad, tanto los mares como los océanos (un litro de agua marina contiene entre 33 y 39 gramos de sal) tienen un alto nivel de contaminación como los plásticos y especialmente a causa de los hidrocarburos del petróleo y de la acumulación de metales pesados como el mercurio, el plomo, el cadmio y el arsénico, entre otros. Tóxicos que hacen que la sal marina, aun siendo mejor que la sal refinada de mesa, en la actualidad no tenga el mismo efecto positivo que tenía en el pasado. De hecho, la única sal pura y completa de la tierra se encuentra hoy únicamente en los lugares donde hace millones de años se secaron los mares primarios: las minas terrestres. En ellas esta la única sal que contiene todos los elementos que se encuentran en nuestro cuerpo y, que debidamente mezclada con agua, nos ofrece toda su energía almacenada junto con su contenido en biofotones.

Existen dos tipos de sal cristalina: la que compone el 95% de la mina llamada “sal gema” (aquella que no ha recibido la suficiente presión) y otra que se encuentra en la forma de veta y que tiene forma cristalina: la “sal cristal de roca” (aquella que fue expuesta a enormes presiones durante millones de años provocando un estado de roca / coloidal). Este es el motivo del porque nuestras células sólo pueden absorber lo que existe de manera orgánica y coloidal, por tal motivo el aprovechamiento de los elementos de la sal gema es mucho menor que el de la sal de cristal. Ambos tipos de sal ya se la gema o la sal cristalina de roca, son naturales y contienen los 84 elementos ya mencionados y, por tanto, son de mucho valor que la sal de mesa industrial.

La “sal cristal de roca” esta en la naturaleza en forma de vetas o filones cristalinos de color blanco transparente, rosado o rojizo en las minas, rodeadas de sal gema, vetas que suelen suponer el 1% de toda la mina y se deben además extraer manualmente (sin medios mecánicos), para no alterar su estructura por lo que su explotación ha sido hasta hoy muy limitada al ser poco rentable.

Entre los tipos de sal cristalina tenemos:

SAL ROSA HIMALAYA.-  Formada a alta presión bajo las montañas hace 250 millones de años del Himalaya, libre de polución y sin ningún proceso de refinado, no contiene aditivos añadidos. Contiene 84 elementos esenciales para la vida, el grado de compresión bajo las montañas ha creado una perfecta estructura cristalina en la sal, lo cual ayuda a mantener el equilibrio natural del cuerpo. Esta sal que tiene un color rosado, al ser gema, no tiene el regusto amargo como la sal marina.
SAL NEGRA HIMALAYA. - Sal negra del Himalaya, también conocida como sal negra, Kala Namak, black salt, Sulemani Namak o Kala loon, la sal negra del Himalaya es un tipo de sal mineral de roca no refinada muy especial y con menos poder de salar que la sal común. Proviene del Himalaya y tiene un distintivo sabor sulfuroso. Su paladar es totalmente diferente a la sal marina o la sal de mesa, ya que su composición química tiene compuestos de azufre y contiene trazas de varios minerales, junto con el cloruro de sodio, de potasio y hierro. Según la ciencia médica clásica Hindú, el Ayurvreda, la Sal Negra del Himalaya tiene grandes beneficios terapéuticos, es muy rica en hierro, ayuda a la digestión y es muy buena para las flatulencias y el ardor de estómago.

SAL DE VILLENA. - Sal de río 100 % natural. Secada al sol Mediterráneo y al viento del corredor de Villena, molturada artesanalmente en molino de piedra. Esta sal es muy rica en oligoelementos.

SAL DE AMBARES DEL EOCENO. - A mediados de la época geológica del Eoceno, hace entre 50 y 40 millones de años, acontecieron varios cambios climáticos en la Tierra en la que se formaron las cordilleras más importantes, entre ellas la del Pirineo. En ese momento el mar que cubría la mayor parte de lo que hoy es la Cordillera Ibérica se retira y deja yacimientos de yesos, minerales y arcillas rojas. Hoy extraemos de allí, a 700 metros de profundidad, una sal llena de potasio y baja en sodio que conserva grandes propiedades y está libre de contaminantes marinos. Se escogen los cristales sin ningún proceso de refinado, lo cual significa que conserva todos los minerales que contendía el antiguo mar, especialmente el potasio. Estos cristales se deshacen rápidamente en la boca dejando un sabor suave y duradero.

SAL AROMA DEL MONCAYO. - La sal de aromas del Moncayo como su propio nombre indica tiene los sabores de las hierbas aromáticas que hay en el Moncayo como el tomillo, lavanda, laurel y romero.
SAL VINO CENTENARIO DE GARNACHA. - Sal marina sin refina con vino de Borja. Delicados pétalos de sal de Manatial fusionados con la elegancia del vino de Garnachas Centenarias del Campo de Borja.

El consumo regular de la sal cristalina puede aliviar numerosas enfermedades, para ello basta tomar en ayunas cada mañana una pequeña cucharada de café de la solución salina (máximo dos) mezclada con agua mineral. Su preparación es sencilla basta con echar un poco de agua mineral en el frasco en el que se comercializa la sal en forma de rocas de cristal y en poco tiempo el agua se convertirá en una solución salina con la proporción exacta de los 84 elementos mencionados, déjela allí ya que una vez saturada la sal los cristales no se seguirán disolviendo. Tomar en cuenta que lo importante no es tanto la cantidad sino la periodicidad de la ingesta.

Desde el punto de vista bioquímico, la sal cristalina estimula en unos poco minutos la actividad gastrointestinal (peristáltica) y esa activación, a su vez, estimula el metabolismo y la digestión; además restablece el equilibrio electrolítico mejorando la conductividad en nuestro cuerpo con la consiguiente mejora de la circulación y/o salud vascular; también se consigue  el equilibrio entre lo ácido y lo alcalino (equilibrio del pH celular); se elimina metales pesados como el mercurio, el plomo, el arsénico, la amalgama y los depósitos calcáreos ya que la sal cristalina es capaz de romper uniones moleculares, todo esto conlleva a que una ingesta diaria de sal de cristal implica someter al organismo a una verdadera cura de desintoxicación.

Las propiedades de desintoxicación de la sal de cristal en la etapa inicial pueden empeorar los síntomas que se tiene o incluso aparecer otros nuevos, no tenemos que preocuparnos es NORMAL.

También puede aparecer diarreas por su efecto laxante, pero, aunque sea desagradable es señal de que está teniendo lugar la purificación de intestino.

En el caso de enfermedades reumáticas como la gota, la artritis y la artrosis, como también con las piedras renales y de la vesícula biliar; es decir en enfermedades donde ya se han formado cristales, debe tomarse la solución salina durante varios meses (hace falta tiempo para que el organismo disuelva los depósitos y los elimine).

La sal de cristal además puede ayudar a resolver calambres musculares y problemas digestivos, hepáticos y biliares, problemas pulmonares, es eficaz en muchas afecciones cutáneas, combate el envejecimiento, mejora loa hábitos del sueño, brinda una mejor hidratación, ayuda al fortalecimiento de los huesos,  mejora el deseo sexual y ayuda en las típicas molestias de la mujer como la menstruación, el síndrome premenstrual, los dolores de bajo vientre, el flujo acompañado con picores, el ardor o la vagina seca porque la sal destruye bacterias, hongos y virus e impide su propagación. Y es también útil para la higiene de la boca ya que evita la formación de sarro y caries.

¿Crees que hay razones para ingerirla?

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Dra. Ibeth Sinmaleza M.

SALUD BIOSPICOSOCIAL

martes, 3 de noviembre de 2020

LA SAL ENGORDA - PERJUICIOS DEL CONSUMO DE SAL REFINADA

 


Más allá del desguace provocado por la refinación, el principal problema de la moderna sal de mesa para la salud humana, es justamente aquello que la hace un inapreciable ingrediente de la química industrial: su reactividad. Frente a la amenaza que representa este compuesto reactivo (cloruro sódico), el organismo se ve obligado a poner en marcha varios mecanismos de defensa que, además de generar un importante gasto de energía y recursos, no bastan para resolver totalmente la magnitud del problema. Los mecanismos defensivos que debe desarrollar el organismo para intentar neutralizar esta agresión cotidiana, tienen dos facetas principales e igualmente graves: la pésima calidad (física, química y energética) y la elevada cantidad que se ingiere. El consumo principal de sal refinada proviene de los alimentos industrializados, como vimos, la utilizan por sus efectos gustativo y conservante. Además, el cloruro de sodio forma parte de gran cantidad de aditivos alimentarios legalmente autorizados, entre ellos el glutamato monosódico, considerado como un potenciador de sabor siendo este un aditivo peligroso que aumenta considerablemente el apetito, con el consiguiente riesgo de obesidad; además está relacionado con la pérdida de visión a largo plazo y la ceguera.

RETENCIÓN DE LÍQUIDOS

Un primer mecanismo de neutralización de la sobrecarga de sal de mesa es la hidratación y se basa en el empleo de agua intracelular o plasma. Este precioso elemento -un recurso limitado en el organismo y originalmente destinado a otros fines fisiológicos- se usa para compensar iónicamente la reactividad de las moléculas de cloruro sódico. Cada gramo de cloruro de sodio que debe ser contrarrestado, exige el consumo de 23 veces su peso en agua intracelular. El producto resultante, aunque haya sido balanceado eléctricamente, igualmente debe ser eliminado como sustancia tóxica. Los riñones pueden excretar sólo una parte: se calculan unos 5/7 gramos diarios, frente a un consumo promedio de 12/20 gramos. Este déficit cotidiano entre lo que ingresa por boca y lo que puede salir por vía renal, es uno de los grandes problemas que nuestro estilo de vida le crea al organismo. Para tomar conciencia de la magnitud del problema, basta multiplicar estos valores por los 30 días de un mes o los 365 días del año. Aquí también podemos encontrar el verdadero origen de otra difundida problemática moderna: la retención de líquidos. Esto deriva en aumento de peso y mayor exigencia para órganos (corazón, hígado, riñones), que deben trabajar en exceso.

Las personas que habitualmente están consumiendo más de medio gramo de sal al día (serían todos), es muy probable que estén dificultando la homeostasis renal, al verse obligadas a retener más agua, para así mantener constante la concentración de sodio en la sangre, se presume que un exceso de líquido se traduce en definitiva en un aumento de la presión arterial.

Otra consecuencia negativa de este mecanismo cotidiano de neutralización, es la merma del volumen de líquido intracelular. Frente al gran caudal que demanda el cuantioso ingreso de moléculas reactivas, el organismo se ve obligado a optar entre atender las naturales necesidades de plasma para la renovación celular (los millones de células que se fabrican diariamente, requieren este fluido corporal como principal material constitutivo) y la exigencia de neutralizar la peligrosa reactividad, usando este vital elemento. La consecuencia a mediano plazo es la paulatina deshidratación celular (causando la muerte de millones de células) y deshidratación corporal, también conocida como senilidad latente. Beber agua no basta para reponer dicha carencia, pues el agua intracelular no es únicamente H2O, sino también los restantes 82 elementos que forman el plasma marino.

OBESIDAD Y CELULITIS

El cloruro sódico que no logra eliminarse por vía renal, al permanecer en el cuerpo, genera un segundo mecanismo de neutralización: la captura lipógena. El organismo “reclama” células grasas para “encapsular” al cloruro de sodio “vagante”. Por este medio, el cuerpo busca aislar material toxico que no puede evacuar en el momento, a la espera de algún momento de pausa, en el cual eliminarlo definitivamente del medio. Ese momento sería, por ejemplo, un ayuno, que demás está decir, jamás tiene lugar en nuestro vertiginoso ritmo de vida.

Como consecuencia de este segundo mecanismo de neutralización, el organismo va formando un tejido esponjoso que deposita en la hipodermis, el estrato más profundo de la piel. Este edema acidulado genera dos consecuencias por demás conocidas y temidas: sobrepeso y celulitis. Puede afirmarse que este proceso de neutralizar sustancias tóxicas (no solo el cloruro de sodio) en el tejido graso, es una de las causas profundas de la obesidad, dicho de otro modo: la toxemia corporal genera obesidad. aunque sea algo difícil de aceptar a causa de nuestro condicionamiento cultural.

CRISTALIZACIÓN Y ESCLEROSIS

Las moléculas de cloruro de sodio que no consiguen ser eliminadas por los riñones o aisladas en el tejido graso, obligan a desarrollar un tercer mecanismo de supervivencia: la cristalización. Y bien decimos supervivencia, porque la acumulación de más de 35g de estos cristales puede resultar letal para el cuerpo. El cloruro sódico se une con aminoácidos de origen animal (presentes en los productos lácteos y cárnicos) y da lugar a la formación de cristales de ácido úrico. Los cristales que no consiguen ser evacuados del organismo, se depositan en huesos y articulaciones a la espera de una oportunidad futura de excreción (tal como sucede con el tejido graso), provocando dolores osteoarticulares (artritis, gota, reuma) por sus características punzantes. Otros cristales de ácido úrico se recombinan con más cloruro de sodio y oxalatos de calcio, dando lugar a la formación de arenillas y cálculos (vejiga, riñón, vesícula). Otra variante de esta cristalización la encontramos en las paredes de venas y arterias, causando fragilidad capilar y esclerosis. La cristalización es, originalmente, un mecanismo protectivo y de emergencia que el organismo desarrolla para defender la calidad del medio celular y el correcto funcionamiento de las células. Pero la cronicidad de la intoxicación termina por envenenar al sistema, ya que el exceso de cristales no consigue ser evacuado del organismo y ello provoca graves dolencias, también crónicas.

OTROS PERJUICIOS DEL CONSUMO DE SAL REFINADA han sido evaluados por distintos investigadores: problemas emocionales, excitación, insomnio, fatiga, úlceras, dependencia adictiva, hipertrofia de las glándulas suprarrenales, pérdida del cabello, estreñimiento, cáncer de estómago y osteoporosis (el exceso de sal incrementa la excreción de calcio a través de la orina, favoreciendo la desmineralización del hueso).

La diagnosis oriental brinda indicadores físicos para detectar la excesiva presencia de sal en el organismo: piel oscura, rigidez muscular, mandíbulas apretadas, dientes inferiores sobresalientes, derrames en el blanco del ojo, orina fuerte y heces oscuras y confitadas.

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Dra. Ibeth Sinmaleza M.

SALUD BIOSPICOSOCIAL


MOTIVOS QUE HACEN TOXICA A LA SAL DE MESA

 


La sal cristalina natural, tanto la que procede del mar como de las montañas contienen los 84 elementos que contiene el cuerpo humano. Dado que toda la vida del planeta surgió del lecho marino, es obvio que hay una semejanza intrínseca y funcional con aquella “sopa madre”, todas las formas de vida (plantas, animales, humanos), llevamos incorporada dicha solución en nuestros fluidos internos (savia, líquidos intracelulares, plasma sanguíneo). De esto eran conscientes nuestros antepasados, gracias a su intuitiva visión holística; pero nuestro reduccionista modernismo industrial se encargó de echar por tierra esta perspectiva.

La diferencia entre una sal marina integral y la moderna sal de mesa de uso corriente, resulta abismal. Como Uds. saben la sal se puede obtener del mar o de las minas de sal terrestre, el problema es que hoy los mares y océanos tienen un alto nivel de contaminación, especialmente a causa de los hidrocarburos del petróleo y de la acumulación de metales pesados como el mercurio, el cadmio y el arsénio entre otros como la contaminación plástica marina generalizada. Tóxicos que hacen de la sal marina, aun siendo mejor que la sal refinada de mesa, no tenga ya el mismo efecto positivo de antaño. De hecho, la única sal pura y completa de la tierra se encuentra hoy únicamente en lugares donde hace millones de años se secaron los mares primitivos: minas terrestres.

La simple evaporación del agua de mar, deja como consecuencia un residuo sólido, al cual llamamos SAL. Este residuo está compuesto por los 84 elementos estables de la tabla periódica. Por supuesto que el cloro y el sodio son los principales elementos cuantitativos, representando casi el 90% de su composición. Pero la importancia cualitativa de ese 10% restante es verdaderamente extraordinaria.

Concretamente, se comenzó por pensar en términos de “suciedad”: había que lavarla y purificarla para presentarla como un producto “limpio e higiénico”. Este concepto funcionó y lo más triste es que aún funciona a nivel masivo también con otros alimentos básicos y sujetos a procesamiento industrial: harina, arroz, azúcar, aceite, etc.

Una vez liberado de “impurezas innecesarias” que en realidad son los minerales esenciales y algunos oligoelementos (y por tanto del equilibrio iónico que le confieren los restantes 82 elementos), EL CLORURO DE SODIO es un reactivo perfecto y económico. Esta sustancia se convirtió en un elemento imprescindible de la industria química, sobre todo para la producción de plásticos, aceites minerales, desmoldantes, etc. También la industria alimentaria la incorporó en su batería de aditivos preservantes, como inhibidor de procesos de descomposición: un ejemplo es el yogurt, que contiene cloruro de sodio, no como saborizante sino como conservante.

Así que lo que consumimos hoy con el nombre de sal de mesa es solo CLORURO SODICO al que se le añade yodo y/o flúor. Existe una trágica realidad que a casi nadie preocupa: EL CLORURO DE SODIO, como compuesto químicamente puro, no existe en la naturaleza. Algo análogo ocurre con la sacarosa (azúcar blanco). Biológicamente el organismo no reconoce estas sustancias refinadas y de extrema pureza; es más, las considera tóxicas por su reactividad. Irónicamente, por la misma razón que la industria aprecia al cloruro sódico (capacidad reactiva), el organismo lo rechaza.

Siguiendo con la refinación de la sal, digamos que en 1971 el gobierno japonés decretó que toda la sal para consumo humano se debía elaborar por el dudoso proceso de intercambio de iones, que usa 3.000 voltios y 120 amperes de electricidad para extraer los iones de cloruro de sodio del agua de mar.

En el proceso de refinación industrial, la sal de mesa pasa por temperaturas de 670ºC, lo cual altera definitivamente su natural estructura cristalina.

Una sola cifra nos permite comprender mejor esta realidad: el 93% de la sal que se refina en el planeta está destinada a fines industriales no alimentarios, un 4% es utilizado por la industria alimentaria como conservante; apenas el minoritario 3% restante se destina al uso como sal de mesa. Traducido en términos más sencillos, “de paso” la mesa “recibe” los “beneficios” de la excelente “pureza” de la refinación industrial y nuestras amas de casa se “benefician” al disponer de un producto “inmaculado” y que no se apelmaza.

Volviendo a la sal refinada de mesa, no todo termina en el “desguace” de sus restantes 82 elementos constitutivos. Luego “sufre” la aditivación de otros compuestos refinados. El caso del yodo y el fluor, ambos minerales tóxicos y reactivos en las formas antinaturales que se adicionan industrialmente. ¿En que argumentos se basa este procedimiento, obligatorio por ley?: resolver problemas tiroideos (yodo) y proteger la salud dental (fluor). Pero nadie toma en cuenta que el cuerpo no puede metabolizar la suplementación artificial de yoduros y fluoruros. Muchos científicos están advirtiendo que estos compuestos son los principales responsables de la formación de nitratos en el estómago; y se sabe que los nitratos son las sustancias cancerígenas más agresivas, y responsables de tumores selectivos en muchos órganos. También son responsables de reacciones alérgicas y otros problemas de salud. Recientes estudios demuestran que la adición de yoduros a la sal de mesa puede causar hipertiroidismo, tiroiditis autoinmune y disminución de fertilidad. Por su parte el fluor, aún en concentraciones bajas, está relacionado con problemas neurológicos y endocrinos, afectando el sistema nervioso y provocando déficit de atención (DDA) en niños y adultos.

A este trágico panorama, se suma la aditivación de otros preservantes, por supuesto que todos legalmente autorizados e incluso sin obligación de ser declarados en las etiquetas. Además de yoduro de potasio, la industria de la sal adiciona dextrosa, un tipo de azúcar que sirve para evitar la oxidación del yodo (¡o sea que la sal tiene azúcar!). Luego le agregan bicarbonato sódico, para que la sal no tome un tinte púrpura tras la adición del yoduro de potasio y la dextrosa. Para evitar el apelmazamiento se adiciona hidróxido de aluminio. Es bien conocida la relación aluminio-Alzheimer y el papel que juega este metal liviano en las disfunciones neuronales, bloqueando los procesos del pensamiento. Como si no tuviésemos bastante con el uso de utensilios de aluminio en la cocina, latas de aluminio para las bebidas o papeles de aluminio para envolver alimentos.

Otros aditivos que encontramos en la sal de mesa son: el carbonato cálcico, que no es otra cosa que un pulverizado de huesos animales, el aluminato de silicio sódico, el ferrocianuro de sodio, el citrato verde de amoníaco férrico, el prusiato amarillo sódico y el carbonato de magnesio.

A través de la sal refinada, ingresa diariamente al organismo gran cantidad de sodio, un mineral que si bien es necesario en la química corporal, hoy en día se ha convertido en un problema a causa de su excesivo consumo, sobre todo en formas inorgánicas. El sodio contribuye al mantenimiento del equilibrio ácido-base y del balance hídrico y electrolítico del organismo, siendo necesario para la correcta transmisión del impulso nervioso y para la excitabilidad normal de los músculos. La forma ideal de su consumo es a través de los alimentos frescos, que lo contienen en modo biológicamente asimilable. Pero el enorme consumo de sodio (representa el 40% de la sal común) proviene de productos industriales y a su vez está relacionado con deficiencias del electrolito sinérgico: el potasio. El desorden sodio/potasio se ha convertido en una de las grandes causas de los modernos problemas de salud.

Normalmente se piensa -y así lo sugieren los especialistas- que con evitar la sal se resuelve el problema del exceso de sodio. Sin embargo, el consumidor moderno se ve expuesto a la inadvertida presencia de variadas y a veces nefastas formas de sodio en los alimentos industrializados de uso corriente, la mayoría de las cuales no están indicadas en las etiquetas de los productos que las contienen. Un ejemplo es el pan común, que suele aportar 1,3% de sal, o sea unos 500mg de sodio por cada 100g de un producto que se consume en grandes cantidades. Si tenemos en cuenta que la OMS recomienda que las personas adultas no superen los 6 gramos de sal al día (2,4 gramos de sodio), vemos que solo 500g diarios de pan bastan para superar dicho valor.

El cloruro de sodio refinado es ampliamente utilizado por la industria alimentaria, que además de la propiedad saborizante, toma en cuenta el aspecto conservante de la sal. En muchos productos se usa en forma abundante para resaltar cualidades gustativas, mientras que en otros cumple una función preservante. Además, el sodio forma parte de gran cantidad de aditivos alimentarios legalmente autorizados: conservantes, estabilizantes, emulgentes, espesantes, gelificantes, potenciadores de sabor o edulcorantes.  

Párrafo aparte para el glutamato monosódico, considerado como un aditivo peligroso. Su empleo en la industria alimentaria y en la restauración se remonta a casi medio siglo de historia, como potenciador de sabor. El E-621 (identificación en las etiquetas) actúa como neurotransmisor, implicado en la respuesta sensorial característica del sentido del gusto, al intervenir en la transmisión de señales eléctricas a lo largo de las neuronas. Normalmente se usa en comidas precocidas, sopas, aperitivos, salsas, embutidos, cereales, carnes, mezclas de especias, conservas, alimentos procesados, sopas de sobre, cubitos de caldo, aderezos, etc.

Pese a estar autorizado su uso, numerosos estudios han cuestionado seriamente la inocuidad del glutamato monosódico. Investigadores japoneses lo relacionan con la pérdida de visión a largo plazo y la ceguera. En diversos experimentos se demostró que su inyección directa en el ojo, en concentraciones entre bajas y moderadas, causa daño nervioso. Una investigación clínica de la Universidad Complutense de Madrid, ha revelado que la ingesta de glutamato monosódico aumenta considerablemente el apetito, con el consiguiente riesgo de obesidad. Consumido en exceso y/o desde la infancia, puede modificar el funcionamiento de una zona del cerebro que regula el apetito, aumentando el deseo de comer hasta en un 40%.

En síntesis, el glutamato monosódico puede producir: contracciones musculares en la cara y el pecho, palpitaciones, ataques de asma y jaquecas, esterilidad, obesidad y el famoso “síndrome del restaurante chino” (rigidez muscular en cuello y mandíbula, degeneración de las células del cerebro, problemas gástricos, rigidez y/o debilidad en las extremidades, visión borrosa, mareos, cefaleas, opresión torácica, sensación de calor y hormigueo, aturdimiento y enrojecimiento facial). Puede ser suficiente la ingesta de 3 gramos de esta sustancia para generar dicho síndrome.

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Dra. Ibeth Sinmaleza M.

        SALUD BIOSPICOSOCIAL